Comentario
Durante la II Guerra Mundial muchos pilotos japoneses decidieron sacrificar sus vidas estrellando sus aviones contra barcos estadounidenses, lo que llamó poderosamente la atención de éstos. Hay algunas religiones, principalmente en Oriente, que contemplan el suicidio como un acto ritual de autoinmolación y sacrificio, como el caso de los bonzos o monjes budistas, que se quitan la vida voluntariamente.
En Japón encontramos dos ejemplos; el harakiri, consiste en abrirse el vientre horizontalmente con una espada. Fue practicado por los samurai cuando eran condenados a muerte, viéndose obligados a practicar este tipo de suicidio o, en otras ocasiones, como acto voluntario, para seguir a otra persona amada en la muerte; el ejemplo es el del general Maresuka y su esposa tras el fallecimiento del emperador Mutsu-Hito en 1912; el segundo caso de suicidio voluntario es el ya citado anteriormente, es decir, el de los kamikaze, pilotos a los mandos de aviones cargados con explosivos que se lanzaban en picado contra las naves americanas con el objetivo de provocar el hundimiento de éstos. Los kamikaze eran pilotos que habían aceptado perder la vida con el fin de contribuir a la victoria japonesa en la guerra.